Excelso y venerado San Pedro.
Bendito seáis Vos que estáis en el cielo al lado del todopoderoso pero por favor no nos dejéis a nosotros, miserables invertebrados, en el infierno. Soy un ruin barbo veterano que viene a dirigirle a Vuestra Merced una rogativa en nombre de los cofrades de la barboesfera.
No sé si Usía se ha enterado de que para nosotros, los que vivimos en el elemento líquido, ya no existe la antigua tradición de la paz en invierno, que siempre anda algún bípedo con anzuelos atosigándonos, intentando engañarnos con ninfas de mentira o alevosas hormigas o cualquier golosina de nuestra dieta. Es un auténtico acoso piscatorio.
Gran san Pedro sin faltar al debido respeto opinamos que eso no puede ser, que en este mundo algunos se pasan, que no cuelgan la caña como deberían, que se les ha contagiado un virus sin ningún antídoto conocido, en fin que te persiguen, te clavan, y si tienes suerte te devuelven al río pero antes te arrancan el morro a tirones hasta sacarte la cabeza del agua, te encestan en una red donde se te traba el bigote y donde te manosean el cuerpo sin cariño, te hacen fotos a lo loco que luego ni te las mandan, en fin San Pedro, tenga Vuestra Merced en cuenta que nosotros, modestos barbos antaño olvidados, también tenemos derecho a vivir en paz algunos meses al año.
Texto humorístico de Guy Roques, escrito después de un día de pesca dedicado a los barbos en el Intensivo de Oliana.
Nos vemos.